El mundo de los rallys se tiñó ayer de negro, de nuevo una mala noticia. Gareth Roberts, copiloto de Craig Breen, fallecía tras chocar el Peugeot 207 con el que competían en la Targa Florio, una cita del IRC que se disputaba en Sicilia, contra un guardarraíl. Mientras que el piloto salió ileso, su compañero moría casi en el acto.
El accidente, que se produjo en el séptimo tramo, fue similar al que el pasado año dejó a Robert Kubica maltrecho, también en una prueba italiana. En este caso el pretil entró en el vehículo por el lado del copiloto. La prueba fue suspendida tras el incidente, y las muestras de cariño y apoyo de la familia de los rallys llegaron desde todos los rincones. El ganador, Jan Kopecky, reconoció que "ha sido la victoria más triste de mi carrera". Jean Pierre Nicolas, manager del IRC, recordó que "los rallys son un deporte peligroso para pilotos y copilotos".
Roberts era un electricista galés de 24 años que comenzó a copilotar en 2005. En 2009 se unió a Breen, con el que el pasado año lograron el primer título de la 'WRC Academy', la categoría ideada por la Federación Internacional para promocionar a jóvenes valores. Este año compaginaban su participación en el Mundial en la categoría Súper 2000 con el IRC.
En el momento del incidente marchaban sextos en la Targa Florio, una de las pruebas de mayor tradición en los rallys italianos de siempre.
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